Muchos ven en el modelo federal la solución al problema de España. Pero, ¿sería bueno para los españoles? ¿a caso no somos ya un Estado Federal?
España, está formada políticamente como un Estado regional, que sería un prototipo de gobierno que estaría a caballo entre el unitario y el federal. Eso oficialmente, porque la realidad del momento en el que se creó el Estado español de las Autonomías, era que las distintas nacionalidades históricas (regiones con aspiraciones nacionalistas) ya pretendían desagregarse del Estado principal, y de ahí surgió la necesidad de construir un arquetipo en el que se consiguiese una descentralización en favor de las regiones, pero que estas respetasen la unidad de la nación española.
Un Estado federal tiene las siguientes características principales:
- Las funciones se reparten entre el poder central y los territorios, bajo una Constitución.
- El grado de delegación de competencias del Estado central sobre los territorios variará según se pacte.
- Un Estado federal puede ser de dos tipos: simétrico, en el que todas las federaciones tienen el mismo peso específico; o asimétrico, en el que algunas tienen una relación privilegiada con el poder central.
- Pérdida de soberanía en dos direcciones: "hacia arriba", como puede ser el control del Estado central en materia de defensa exterior; "hacia abajo", por ejemplo que el gobierno central ceda a las federaciones distintas competencias que afectan al día a día de los ciudadanos (sanidad).
Vaya, el más (y el menos) avispado se habrá dado cuenta de que no hay gran diferencia entre estos puntos y el actual modelo autonómico español. Porque tenemos funciones repartidas entre el poder central y las comunidades, hay pérdida de soberanía tal y como se describe, incluso podríamos decir que nuestro modelo político podría ser un Estado regional un tanto asimétrico (País Vasco, Canarias,... estarían recibiendo un trato favorecedor en materia de impuestos).
¿Por qué quieren entonces un Estado federal? El sistema autonómico, empezando por la Constitución, no reconoce a las distintas naciones que pueden haber en España. Sin embargo, un Estado federal, con su consiguiente cambio consititucional, sí que reconocería las distintas identidades nacionales. Luego simplemente hay que hacer cuentas para ver a quién le puede interesar este negocio.
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