Hace un tiempo me lo explicaron y no me lo podía creer. La realidad supera la fición y hace que nos paremos a pensar en cómo el fetichismo puede llegar a semejantes límites.
Si todavía se da la casualidad de que no conoces el término Brusera (ブルセラ, para el que domine), hoy probablemente te lleves una sorpresa, no duermas bien (o por el contrario mejor, quién sabe) o se te quite el apetito.
Brusera es un tipo de tienda en Japón donde las mujeres jóvenes venden sus bragas usadas. "Buru" viene a significar bragas y "sera", vendedor. En estas tiendas también se vende otro tipo de ropa, como uniformes escolares, chaquetas escolares, trajes de baño, etc. Ojo, que no se detiene aquí la historia: estas prendas suelen venir acompañadas por una fotografía auténtica de las chicas llevándolas puestas.
Es decir, que los clientes, usualmente hombres japoneses, compran estas prendas para olerlas o vete tu a saber qué, como medio para estimular su sexualidad.
Han llegado a existir incluso máquinas de venta que expedían paquetes de bragas usadas.
Por si alguien tiene la duda, el precio de un par de bragas puede rondar entre 30 y 70 euros. No te puedo decir cuál vale un precio y cuál vale otro, cuál es Hacendado y cual es Casa Tarradellas.
Esto no es algo baladí, sino que se ha llegado a convertir en una fuente importante de ingresos para miles de estudiantes, que veían en la venta de sus prendas una fuente de financiación rápida, sencilla y eficaz. Sin embargo, a partir del 2004, las leyes en Japón se endurecieron y las chicas menores de edad tuvieron que dejar el negocio de manera oficial, para desarrollarlo de una forma un poco más lasciva (parece que se puede) clandestinamente.
Seguramente, ahora estés pensando en los metros de Japón que discriminan por sexo según el vagón, es decir, coches del metro exclusivos para mujeres con el objeto de evitar el arrime. Parece que en el lejano oriente está todo muy caliente
el guiri quería montar hace unos pocos de años una tienda de esas en Japón, que pena que no lo hiciera, ahora mismo estaríamos mandandole las bragas jejeje lo que no se vea en Japón no existe
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